diciembre 29, 2022

Cómo tener ganas de estudiar

Por Fernando Enteso

Las ganas de estudiar semejan una de esas cosas inventadas, como Fujur de La historia interminable. Una de esas cosas que no tienen la posibilidad de existir y que absolutamente nadie inventará.

“La cabeza inclinada sobre los libros. Sentado por varias horas en esa silla incómoda para leer y releer esas cosas desganadas. Leer mil ocasiones y después reiterar en voz alta y conocer, no obstante, que se me han escapado algunos datos, con la angustia de tener que recordarlo todo pues aprobar la asignatura o aprobar el examen puede depender de lo que escribo.”

Se adiestra el deseo de estudiar

La buena nueva es que existen muchas formas de liberarse de estos pensamientos negativos y recobrar el deseo de estudiar.

No aguardes a que llegue la motivación, hay que contribuir a que llegue la motivación, con prácticas.

No lo vaciles y pregunta.

En el momento en que poseas una pregunta tienes que hacerla a la mayor brevedad. Ponte en contacto con el tutor, el instructor o un compañero que te va a dar las claves de lo que no has podido transcribir. Pasa a otro tema mientras que lo resuelves, pero no lo pierdas en el tiempo: pregunta, avanza, soluciona, prosigue…

No es bueno estudiar en la última hora del día, pues tu cuerpo está fatigado del ritmo períodico. Tampoco es bueno levantarse y sentarse sobre la silla mientras que te quitan las lagañas. No es bueno estudiar tras comer, pues da sueño y toda la sangre va al estómago a digerir. ¿Conque en el momento en que? Puedes estudiar por la mañana, pero si te has levantado temprano y hiciste algo de ejercicio, tu cuerpo va a estar activo. Saltar de la cama al libro no es bueno, por el hecho de que tu cerebro precisa ponerse en marcha. Lo mismo si sientes sueño tras comer, toma una corto siesta de 20 minutos y ¡estudia! Llevarlo a cabo a la noche es un tema más difícil, pero en un caso así te aconsejamos acostarte temprano y llevarlo a cabo al día después.

Centrarse en solo una cosa

En la era de las pantallas, cada vez nos cuesta mucho más concentrarnos en solo una cosa y tendemos a adoptar el modo perfecto multitarea. ¡Fallo! Los humanos no somos máquinas.

Por consiguiente, para no desviarnos de este sendero, vamos a poner, por servirnos de un ejemplo, si debemos sintetizar un tema o si debemos comprobar un tema específicamente, lo vamos a anotar en un cuaderno que siempre y en todo momento vamos a tener a la visión. Si tenemos la posibilidad de fijarlo a la pared o si poseemos una pizarra tenemos la posibilidad de escribirlo y lo vamos a dejar ahí a fin de que esté siempre y en todo momento enfocado por el hecho de que en el final va a ser como nuestro mantra. Si nos encontramos aprendiendo sin ganas, en el momento en que procuramos pasar otra labor, lo que haremos es una visualización rápida del recordatorio visual y esto nos va a llevar de vuelta al sendero preciso.

Limpia tu mesa, sé muy ordenado.

Aquí no hablo de comenzar a adecentar la mesa hasta dejarla inigualable, los tiros no quedan. Quiero decir que la simplicidad, seamos muy minimalistas. ¡Debes tener encima de la mesa justo lo que requerimos!

Ten en cuenta que una labor que nos divertimos al tiempo nos deja centrarnos en sí. Debemos remover de la mesa, de nuestro campo de visión, todo cuanto no vamos a requerir. Si vamos a estudiar un tema sin ganas y ese libro es sobre exactamente el mismo tema, se deja encima de la mesa. Si tengo otro libro que voy a estudiar en una hora o unos apuntes correspondientes a otra materia, todo lo mencionado va a un cajón que no tengo a la visión por el hecho de que si lo dejo encima de la mesa nos tentaremos en un instante. de debilidad de decir: bueno, dejo este tema y comienzo a ofrecerle vueltas al otro, pero ahora entendemos que esto no posee nada de bueno. Nos marchamos a esparcir y en el final no vamos a realizar el cronograma. ¡Conque ten bastante precaución! La mesa está limpia y estructurada.